Las personas atravesamos diferentes etapas donde se va adquiriendo cierto desarrollo a nivel cognitivo, emocional, físico y social. Dentro de las etapas de desarrollo encontramos a partir de los 65 años la etapa de la adultez tardía, caracterizada por pérdidas de las habilidades físicas, cognitivas, afectivas y sociales de forma gradual.
En el transcurso del tiempo, el cerebro y el sistema nervioso sufren cambios evidentes, en algunas capacidades se observan evidentemente, la pérdida de destrezas, haciendo notoria la diferencia entre las habilidades de la juventud en comparación con la adultez tardía. La evolución en esta etapa depende mucho de factores individuales como, nivel socioeconómico, nivel educativo y contexto sociocultural además de la edad.
El deterioro cognitivo por “envejecimiento normal” se puede manifestar con pequeños signos que no interfieren de manera significativa en la vida diaria. Cuando se da la pérdida de las capacidades, se produce de forma progresiva y gradual, siendo la misma persona consciente del estado de las capacidades cognitivas que posee.
Por otro lado, el deterioro puede ser variado, pues en algunos casos, el deterioro cognitivo puede ser mayor y en otros casos indicar un posible deterioro cognitivo leve.
Características observadas en el deterioro cognitivo
- Enlentecimiento de la capacidad para captar las ideas.
- Tener olvidos frecuentes, puede repetir un relato como si fuera la primera vez.
- Olvidar eventos importantes como citas o compromisos sociales.
- Perder el hilo de los pensamientos o de las conversaciones, los libros o las películas.
- Resulta cada vez más abrumador tomar decisiones, planificar los pasos para realizar una tarea o comprender instrucciones.
- Empezar a tener problemas para orientarse en entornos familiares.